EL PASE

divan celeste verde

Fue una preocupación de Jacques Lacan al fundar su propia Escuela, tras romper con la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA), el implementar dispositivos innovadores para garantizar el control de la formación los analistas miembros. Uno de estos dispositivos es el llamado Pase.

Presenta la originalidad de ser una prueba que conlleva a la vez la investigación sobre el desarrollo y, especialmente, sobre el final del análisis – siendo este último un punto crucial de la teoría y de la pragmática analítica – y la comunicación a un público más amplio, tanto en Congresos, Jornadas como en publicaciones escritas, de los resultados de aquellos análisis que han producido un analista con el asentimiento de la Escuela.

Un jurado, cuya composición permuta, está a disposición de los analizantes que deseen hacer valer el punto al que su análisis los ha llevado en su fase final.

Este jurado decide si el candidato al pase ha sabido o no aportar algo nuevo sobre el final del análisis y si el testimonio fue capaz de convencer de que el analizante había alcanzado el punto en el que podría hacer público ese saber y presentar, de este modo, el estado de la investigación en la Escuela, dando cuenta de la lógica y el resultado de años de análisis intensivo que a menudo son numerosos.

El candidato deberá entonces, durante tres años en los que llevará el título de Analista de la Escuela (AE), tomar la palabra para transmitir los puntos más candentes de su propia experiencia del psicoanálisis.

Para evitar reproducir los defectos de los procedimientos de selección que había conocido en la IPA, Lacan ha refinado el dispositivo del Pase:

Los candidatos al pase no tienen contacto directo con el jurado. Es a través de colegas, designados por analistas miembros de la Escuela (AME) a los que se considera  suficientemente avanzados en su propio análisis, quienes a su vez, transmiten su testimonio ante el jurado. Los pasadores ,  como se les llama, transmiten ante el jurado los puntos esenciales que el candidato al pase les ha confiado. Este refinamiento del dispositivo evita los efectos de prestigio de un candidato que podrían convertir el testimonio en un alegato. Además el requisito de dos pasadores, que se entrevistan con el candidato por separado pero que se presentan juntos ante el jurado, es una garantía de que el pasador no se ha dejado fascinar por la persona del candidato o por sus propios prejuicios.

El jurado en sí mismo, cuya composición es compleja, incluye ex AE, analistas miembros de la escuela y ex pasadores, lo que asegura una variedad de representaciones y evita los efectos de clanes o mutualismo, que existen en todos los grupos (incluyendo los grupos analíticos que, no obstante, deberían estar librados de ellos aún más que otros).